J.J. Rojas

 

Lo que en la campaña anterior pasó en 25 jornadas, en ésta no ha pasado de la séptima jornada: Barcelona encajó el octavo gol en la Liga española.

Realmente, así de mal está la defensa del equipo culé, que este martes no pudo pasar del empate ante el Mallorca 2-2.

Momentáneamente se mantiene como líder de la Liga, pero este miércoles podría ser desplazado por el Girona y el Real Madrid.

 

EL COMIENZO

Todo comenzó a los 8 minutos y de la forma más inesperada. Porque el protagonista fue justamente quien suele maquillar las fallas de la última línea: Marc Andre Ter Stegen. Al arquero alemán le entregaron un pase atrás y quiso salir jugando, pero su pase fue impreciso. A eso se le sumó la nula reacción de sus compañeros y la consecuencia fue la lógica: gol de Mallorca, de la mano del kosovar Vedat Muriqi, que definió solo desde el punto penal.

Luego el equipo culé se refugió en la posesión, ese recurso inalterable que exhibe partido a partido. De esa forma se tranquilizó y, poco a poco, comenzó a reconstruir su planteo original.

Poco punzante, pasó algunos sofocones por las buenas contras que armaba Mallorca hasta que logró encontrarse en cancha.

En los últimos 10 minutos de la primera parte mejoró notablemente y generó cuatro situaciones de gol, de las que Raphinha aprovechó una. Recibió por derecha y, a puro amague y enganche, llegó paralelo a la primera línea del área rival con la pelota dominada para sacar un fuerte y rasante disparo que dejó sin chances al arquero serbio Predrag Rajkovic.

Un minuto después, João Félix recibió un pase atrás casi en el punto penal y definió cruzado, pero el portero de Mallorca sacó con lo justo. Y enseguida Raphinha tuvo un mano a mano y lo desperdició: solo frente al arquero, la tiró por arriba del travesaño.

En el mejor momento del conjunto dirigido por Xavi, volvió a aparecer su fragilidad defensiva. Saque de arco largo de Rajkovic, la peinó Muriqi y -ante una última línea culé inmóvil- dejó solo ante Ter Stegen a Abdon Prats, que definió de primera y por bajo para el 2-1.

Para rematar, la última antes del entretiempo fue para el local: Muriqi cabeceó solo en el medio del área un corner que llegó desde la derecha. La atrapó sin problemas Ter Stegen, pero fue una nueva muestra de los problemas defensivos del Barça.

El equipo local le cortó el momentum a los hombres de Xavi, que en el segundo tiempo volvieron a caer en la intrascendencia por largos pasajes. La diferencia respecto a la primera parte residió en el que Mallorca se tiró demasiado atrás y eso, ante un equipo como Barcelona, es muy peligroso.

La consecuencia llegó a los 75 minutos, cuando la lucidez del ingresado Robert Lewandowski para amagar y dejar pasar una pelota dejó a Fermín Lopez dentro del área chica. El español le pegó de primera y la esquinó para conquistar el empate.

El conjunto de Javier Aguirre resignó en los últimos minutos toda intención ofensiva y se encontró encerrado en su propia área.

Barça no generó más jugadas de real peligro y el 2-2 terminó siendo un resultado ajustado a lo que fue el desarrollo del encuentro.

El fin de semana ante Celta también había sufrido mucho en defensa, aunque terminó logrando un triunfo épico con tres goles en los últimos 10 minutos.